1- No escuchen las delirantes teorías conspirativas de los jóvenes narradores de mi patria.
2- Lean los libros de Anagrama antes de comentarlos.
3- Exijan a sus editores que les reduzcan los caracteres y les suban el sueldo.
4- Renueven su licencia de opinólogos y reclamen su asiento en los programas de farándula.
5- Mediten bien antes de convertirse en narradores de mi patria. El maestro-niño como siempre les marcó el camino.
6- Pidan al Estado el montepío que les corresponde por la temprana muerte del gran maestro y una pensión que les garantice una vejez tranquila, acorde con la heroica misión que les encomendó la patria.
7- Para mandar recados utilicen el Messenger. Es más rápido.
8- Incorpórense a la cruzada de Mario Waissbluth y, a parte de vestir una prenda verde, ejerzan como profesores de castellano hasta el 2020.
9- Compilen sus mejores críticas y postulen a algún fondo de fomento al libro y la lectura.
10- Sigan resistiendo ante la mediocridad del autor chileno. De todos modos, ubiquen desde ya la salida de emergencia
sábado, 13 de septiembre de 2008
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